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viernes, 17 de junio de 2011

Proyectos

Sin ánimo de ponerme transcendente, creo que una de las diferencias fundamentales entre americanos y españoles es que sus vidas tienen más sentido que las nuestras. No se trata únicamente de que crean masivamente en la existencia de Dios (más del 90 por ciento) lo cual indudablemente ayuda, sino que desde pequeños han vivido en una cultura que les ha insuflado la necesidad y conveniencia de tener metas y poner los medios para alcanzarlas. El llamado sueño americano no tendría tanto que ver con que todo el mundo logre convertir sus sueños en realidad, lo cual obviamente no es posible, como con la propia existencia de los sueños mismos. En América no resulta cursi ni naïf expresar en una conversación cuales son los anhelos de uno. Sin ir más lejos, en los curriculum vitae tras los datos personales suele incluirse un enunciado en el que se explica cual es el objetivo final del candidato que se está proponiendo para un trabajo determinado. 

Asimismo, es bastante frecuente que los amigos se pregunten sin ambages acerca de las metas que cada uno de ellos persiguen en la vida y se animen mutuamente a ir en pos de ellas. Hay mucho más detrás del Just do it de Nike que un exitoso slogan publicitario. Los españoles, presos quizás de un nihilismo fácil que tiene como única función justificar una cierta idea de la resignación, ironizan sobre ello, pero a mi me parece que es el puro reflejo de que la psique nuestra tiene algo de low cost.

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