Starbucks tiene el dudoso mérito de haber
convencido a bastante gente que es lícito pagar 3 euros por un café servido en
vaso de papel y por el que tienes aguardar una cola para recogerlo. Hay que
decirlo todo, claro. En su haber, también hay que decir que el café es siempre
correcto y los establecimientos están limpios, son cómodos, la música es
decente y puedes estar el tiempo que quieras sin que ningún camarero te de la
brasa cada cinco minutos para que consumas más.
Quizás hay que aguantar algunas americanadas
de los baristas como eso de “que tengas un buen día” que suena tan raro dicho
en español pero no parece un detalle tan importante.
Pero ante el anuncio que acaba de realizar en
Estados Unidos de que pagará los estudios universitarios a todos aquellos de
sus 135.000 empleados que lo deseen, sólo cabe quitarse el sombrero. Es verdad
que tiene algo de truco, ya que los estudios tienen que ser realizados online y
en Arizona State University (ASU), que, sin embargo, es una buena universidad.
En todo caso, la empresa se compromete a pagar íntegramente los dos últimos
años de licenciatura (que cuestan 10.000 dólares cada uno) y los dos primeros
en alrededor de un 60 por ciento a través de becas y préstamos concedidos por
Starbucks y la propia universidad.
Todo empleado que trabaje más de 20 horas con
la compañía es apto para recibir las ayudas y sólo se requiere que mantenga su
empleo durante el tiempo que duren sus estudios sin ningún compromiso
posterior.
No es nada extraño que las compañías paguen
los estudios de sus empleados en Estados Unidos pero suele tratarse empleos
cualificados. La novedad es que es la primera vez que una iniciativa de este tipo
afecta a la franja de empleos considerados de baja cualificación. No hay que
olvidar que Starbucks es la cadena de hostelería con más establecimientos del
mundo (si, más que McDonalds) y que en Estados Unidos sus empleados ganan el
salario mínimo aunque tienen algunos beneficios más que en otras cadenas de
comida rápida.
La iniciativa ha sido destacada en toda la
prensa americana, tiene que ver con asociarse con uno de los valores supremos
para el progreso, la educación, y la claudicación que la mayoría de los estados
americanos han realizado en lo que se refiere a la educación superior donde han
reducido sustancialmente la aportación pública que ha caído en algunos estados
a un testimonial 15 por ciento del coste total de la matrícula.
Se que en España, donde la desconfianza
(muchas veces con razón) hacia las empresas es secular, esta iniciativa se verá
con mucho más cinismo (somos más cínicos en general, para que vamos a
engañarnos) que en la sociedad americana donde los ciudadanos no se avergüenzan
de mostrar aprecio a las corporaciones que lo hacen bien. Convendría, sin
embargo, tenerla en cuenta sobre todo porque el vaciamiento de las
responsabilidades del estado se está produciendo en numerosos ámbitos y alguien
tendrá que cubrirlo.
Nike ha promovido el patriotismo español sin
sentir vergüenza, Burger King hizo lo mismo con los valores familiares, ¿se
atreverá alguien con la educación y la universidad en plan masivo y no a través
de los consabidos planes de becas que siempre son para cuatro como hacen la
Caixa o el Banco de Santander?
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