Contesta Sergio “el Chacho” Rodríguez en
una entrevista en El Mundo
cuando es preguntado acerca de si el triple de Artur Mas va bien tirado o no
toca aro “que lo decida la gente que manda” o “quien deba decidir”. ¿Quiénes
son los que deben decidir? ¿Los políticos? ¿Esa casta, según todos sin credibilidad, que sólo sirve sus
propios intereses? ¿Esos son los que deben
decidir estas cuestiones? ¿O los ciudadanos? No lo
deja claro Sergio Rodríguez a quien el periodista, en plan agradaor, deja echar balones fuera con comodidad aunque la sección
se llame En camisa de once varas.
No es una respuesta rara ni mucho menos
entre deportistas o celebridades que suelen recurrir a evasivas cuando son
preguntados acerca de cuestiones políticas ante la complacencia de los
periodistas.
Me viene a la cabeza el periodista Carlos
Sobera, a quien he leído o escuchado unas pocas veces decir que la
autodeterminación del País Vasco era un tema que debían discutir los políticos,
como si a un tío que ha crecido en Baracaldo eso le resultara una cuestión
apenas relevante. Puede ser, pero entonces es como para cuestionarse su profesión
de periodista.
La abundancia de este tipo de respuestas
a cargo de las celebridades en la esfera pública española me sugieren dos
hipótesis. La primera, menos preocupante, es que tan excesiva prudencia se deba
a no querer herir sensibilidades de patrocinadores, sponsors u otras partes
contratantes. Aunque ausente de principios, este modo de conducirse denota una
cierta racionalidad. Sin embargo, no parece ser la más plausible. Por ejemplo, en
el caso de Sergio Rodríguez, jugador del Real Madrid y de la selección española
de baloncesto, no parecería que sus ingresos se fueran a ver mermados ni su
carrera afectada.
La segunda, que me parece mucho más
preocupante, es que ni el sistema educativo ni la sociedad en su conjunto esté
formando ciudadanos sino súbditos en el sentido más literal, personas que
consideran que todo aquello que no concierna a su esfera particular, trabajo o
familia, debe ser decidido por los políticos, a los que considera una especie
de técnicos especializados que igual deben de decidir como prevenir la
expansión del Ebola que si España debe o no desgajarse en micronaciones.
Porque si no, no se entiende que el
Chacho Rodríguez no sea capaz de tener una opinión sobre la posibilidad de que
su país se escinda. Decir que los desacreditados políticos deben ser los que
decidan sobre esas cuestiones es ser un lamelibranquio en cuestiones de ciudadanía,
algo que en España sucede bastante ya que para ser considerado un buen
ciudadano los estándares son bastante bajos. Ocuparse de la res publica no sólo no se considera una
buena señal, sino una intromisión intolerable en asuntos que no son de incumbencia
individual. ¿Qué un jugador de
baloncesto de la selección española opine sobre la posibilidad de un referéndum
por la independencia de Cataluña? Faltaría más.
Lo siento, me gustan los Estados Unidos
donde uno conoce jugadores de baloncesto liberales o conservadores, actores
reaccionarios o progres sin que tengan que pagar un precio por ello y no se les
decrete la muerte civil. Charlton Heston o Jon Voight pasaron y pasan por ser
muy fachas y nunca les faltó trabajo en un ambiente muy progre a pesar de ser
odiados por muchos.
Y es que, pese a tanta pretendida pátina
de modernidad, simplemente seguimos viviendo en un país en el que no se respira
un ambiente lo suficientemente libre como para que uno pueda expresar sus
opiniones. En el que a pesar del proceso de secularización todavía reina una
perspectiva inquisitorial, de auto de fe que impide a un deportista barcelonés
decir que le parece que su nación es España sin ser públicamente ajusticiado de
la misma forma que otros de ideología independentista han de moverse en el
terreno de la ambigüedad recurriendo al “que lo decidan los políticos”,
abdicando de un ejercicio de ciudadanía que no sólo consiste en votar sino
también en opinar sobre las cosas que pasan en el mundo.
Por mala y corrupta que sea la llamada
casta política, de la baja calidad de la
democracia española también tienen la culpa una mayoría de ciudadanos, en
especial las celebridades y los llamados líderes de opinión, que constantemente
ejercen la autocensura y la hacen parecer algo normal y aceptable.
Muy buen artículo! Me ha encantado!
ResponderEliminarGracias, Pedro.
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