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jueves, 19 de mayo de 2011

Vacaciones


Sabido es que los americanos se toman en general pocas vacaciones. Al contrario que en Europa, no existe una legislación específica sobre el tema y las vacaciones pagadas se conceden a discreción de las empresas. Lo normal suele ser que las empresas paguen una o dos semanas de vacaciones a los nuevos empleados. Las cuatro o cinco semanas de vacaciones están reservadas para aquellos que trabajan en las mejores compañías, trabajadores altamente cualificados que pueden negociar sus condiciones de trabajo o gente que lleva mucho tiempo trabajando en una empresa.


Para muchos americanos las vacaciones se reducen al largo fin de semana de Acción de Gracias a finales de Noviembre, a dos o tres días en navidades y a una semana en verano. No tener vacaciones no es algo que les quite particularmente el sueño. Las vacaciones al modo francés o español, países en que las grandes ciudades se quedan literalmente vacías los meses de verano, casi les parece una extravagancia o un lujo innecesario, cuando no una tontería.


Para el europeo las vacaciones son la única forma posible de forjarse otra identidad durante un periodo de tiempo relativamente prolongado viviendo otra vida en un lugar diferente del acostumbrado, con otros hábitos de compra y rodeado de caras no cotidianas. Un anhelo que al americano le parece insuficiente y frustrante. Por término medio, el americano se construye otra identidad varias veces en la vida cambiando de profesión (no solo de empresa), de ciudad, de esposa o marido e incluso de una religión que de sentido a la existencia. Es decir, reinventándose.

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