La comunicación de las distintas iglesias cristianas es sumamente sofisticada. Las distintas parroquias poseen bases de datos detalladas con las cualificaciones y disponibilidad de cada feligrés, tienen su web propia, editan su propia revista o newsletter y suelen contratar a profesionales del fundraising (captación de fondos para entidades no lucrativas) con un compromiso por la causa. No sólo las iglesias mayoritarias sino también las paraiglesias (habitualmente fundadas por un único líder carismático) poseen sus propios canales de televisión y emisoras de radio.
En algunas megaiglesias, consideradas aquellas capaces de albergar más de dos mil parroquianos en un sólo templo y con parkings similares a los de los centros comerciales, existen Starbucks y pantallas de televisión para seguir las misas en el caso de que falte sitio dentro de la iglesia.
Mientras tanto, hay que decir que las vocaciones religiosas cada vez son menores. No es infrecuente que cada vez más padres o pastores provengan de países en vías de desarrollo que se están constituyendo en una auténtica reserva espiritual. Esta situación crea a veces una curiosa inversión de las jerarquías. Por ejemplo, entre una audiencia blanca y acomodada que aparca sus 4 x 4 las mañanas de los domingos y un pastor de tez oscura (que puede provenir de México, Filipinas o algún país africano) que pronuncia la misa con un fuerte acento.
El otro día veía la serie "The Wire" y se veían dos lados de las iglesias.
ResponderEliminarPor un lado estaba el poder de un pastor que consigue que se destituya a un policía y por otro el trabajo de gente religiosa -no directamente pastores- que se preocupa de la gente pobre.
Sigue así.
Un saludo.
Gracias, Juan.
ResponderEliminarMe has recordado que tengo que ponerme las pilas con "The wire".
Un saludo,
César