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lunes, 29 de agosto de 2011

Pero, ¿qué comen realmente los americanos?

Tratar de definir con un mínimo de precisión como se alimenta la gente en los Estados Unidos requeriría escribir un libro cuando menos voluminoso. En un país con un paisaje humano tan complejo las variaciones alimenticias, sin temor a exagerar, son casi infinitas. Sin embargo, y sin ánimo de agotar el tema, creo que no soy injusto al mencionar ciertas generalidades aplicables a una mayoría de norteamericanos:
Salvo en una élite cada vez más numerosa de la población (generalmente más próspera, urbana y educada) el consumo de comida rápida goza de gran predicamento y no acarrea ningún estigma social salvo en círculos muy elitistas.
Los americanos son, por regla general, carnívoros y de entre las carnes es la de pollo la que se consume con más asiduidad. El pollo se encuentra incluso a menudo en las cartas de restaurantes relativamente elegantes, algo inusual en España.
Una buena cantidad de americanos no consume pescado de ningún tipo con la excepción quizás del salmón o el halibut (fletán). Existe la expresión denigratoria de que algo sabe “fishy” cuando tiene sabor a pescado.
Los copiosos desayunos de pancakes, huevos revueltos y bacon suelen ser cosa del fin de semana. Los días de diario suele consumirse un tazón de cereales o alguna tipo de pan como tostadas o muffins.
Aunque el supermercado medio norteamericano suele estar muy bien provisto de ingredientes con frecuencia difíciles de encontrar en España, se echa de menos en muchos de ellos la existencia de puestos donde se prepare la carne o el pescado en el momento. Lo mismo sucede con los quesos y carnes curadas que suelen estar ya empaquetadas y suelen ser de escasa calidad. Por supuesto, pueden encontrarse las mejores carnes curadas y quesos del mundo en determinadas tiendas o supermercados pero su consumo es menos accesible y suele estar reservado a clases acomodadas. De todas maneras, al americano medio de ciudad pequeña no le conmueven ni el queso ni el salchichón de calidad sino un buen corte de carne de vaca pasado por el grill.
La preparación de caldos o fumets es siempre costosa debido a la dificultad de encontrar los ingredientes ya que la psique americana experimenta cierta aversion a todo lo que sea huesos, morralla o cabezas de crustáceos, es decir, justo aquello que aporta más sabor y sustancia a numerosos platos.
El americano urbanita tiene más cultura de cocina internacional o incluso de vinos del mundo que el español medio, para el cual el contacto con otras cocinas hasta hace bien poco ha estado restringido al chino del barrio y sólo bebe básicamente vino español.
Las cocinas de referencia entre los líderes de opinion suelen ser la francesa, la italiana y la china. Las más consumidas son éstas dos últimas de las que existen numerosas versiones en restaurantes de comida rápida o cadenas de comida semirápida.
En suma, aunque últimamente he leído y escuchado numerosas voces tratando de desmitificar la visión que de lo que comen los americanos se tiene en España, lo cierto es que, como en todos los estereotipos, algo hay de cierto.

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