Para un americano mostrar confianza aunque no la sienta es un modo de adquirirla y proyectarla hacia los demás. Esta es una noción que se aprende desde edades tempranas hasta por los alumnos menos aventajados y que el resto del mundo ha imitado en buena parte mediante los libros de autoayuda. Fuera del mundo corporativo la vemos con peores ojos. Para terminar de decirlo todo, un factor que redime a los americanos en este aspecto es que no sólo se ensalzan a si mismos sino que son extraordinariamente generosos con los demás por lo que la excesiva confianza no se percibe como síntoma de arrogancia. Esta es probablemente la causa por la que el propio Nadal o David Ferrer, elogiados numerosas veces por el jugador americano, se deshacen en elogios hacia Roddick y destacan su nobleza.
¿Cómo son los americanos? ¿Son tan simples como dicen algunos? ¿Les conocemos tan bien como creemos gracias a las noticias y las películas? ¿En qué se diferencian de los españoles? En American Psique, César García responde a éstas y otras preguntas a través de un análisis pormenorizado de los elementos que conforman la psicología de los habitantes de los Estados Unidos en el siglo XXI.
viernes, 9 de septiembre de 2011
Confianza
Realizar un seguimiento de las ruedas de prensa de los jugadores durante el Open de Tenis de los Estados Unidos constituye una buena manera de apreciar las diferente manera de construir la confianza en uno mismo de los jugadores norteamericanos y los europeos o los latinoamericanos. Mientras que Nadal no ha tenido reparos en afirmar que de un tiempo a esta parte le falta confianza en sus golpes o Del Potro se ha permitido mencionar sus problemas físicos, nunca escucharemos a un solo tenista estadounidense mostrar signos verbales de flaqueza. Andy Roddick, el tenista bandera estadounidense hasta hace poco y en lento pero firme declive, ha insistido desde el principio en el buen momento de forma en que se encontraba y la confianza que siente en el torneo. Este es el caso de otros tenistas estadounidenses menores.
Para un americano mostrar confianza aunque no la sienta es un modo de adquirirla y proyectarla hacia los demás. Esta es una noción que se aprende desde edades tempranas hasta por los alumnos menos aventajados y que el resto del mundo ha imitado en buena parte mediante los libros de autoayuda. Fuera del mundo corporativo la vemos con peores ojos. Para terminar de decirlo todo, un factor que redime a los americanos en este aspecto es que no sólo se ensalzan a si mismos sino que son extraordinariamente generosos con los demás por lo que la excesiva confianza no se percibe como síntoma de arrogancia. Esta es probablemente la causa por la que el propio Nadal o David Ferrer, elogiados numerosas veces por el jugador americano, se deshacen en elogios hacia Roddick y destacan su nobleza.
Para un americano mostrar confianza aunque no la sienta es un modo de adquirirla y proyectarla hacia los demás. Esta es una noción que se aprende desde edades tempranas hasta por los alumnos menos aventajados y que el resto del mundo ha imitado en buena parte mediante los libros de autoayuda. Fuera del mundo corporativo la vemos con peores ojos. Para terminar de decirlo todo, un factor que redime a los americanos en este aspecto es que no sólo se ensalzan a si mismos sino que son extraordinariamente generosos con los demás por lo que la excesiva confianza no se percibe como síntoma de arrogancia. Esta es probablemente la causa por la que el propio Nadal o David Ferrer, elogiados numerosas veces por el jugador americano, se deshacen en elogios hacia Roddick y destacan su nobleza.
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