Paseando por el campus de la universidad, observo que durante el verano se ha puesto en marcha una nueva campaña para reforzar el orgullo de pertenecer a Central Washington University entre los estudiantes. La campaña consiste en un conjunto de banderines distribuidos a lo largo del campus en el que una serie de antiguos alumnos de Central aparecen retratados en ropa de faena en el desempeño de su profesión. La campaña incluye entre otros a un entrenador de la NFL (Liga de Fútbol Americano), un astronauta, una investigadora o un piloto militar. Los banderines contienen la pregunta, What did you do today?, invitando a los universitarios a que se esfuercen en la persecución de sus metas (por supuesto con la ayuda de Central). Es, sin más, una forma de inspirarles para que cada uno de ellos construya la historia de sus vidas alrededor de una ocupación relevante.
Leo en el libro Storytelling de Christian Salmon que un estudio de Peter Brooks, un profesor universitario británico que ha enseñado en Estados Unidos bastantes años, había contabilizado hasta diez veces el uso de la palabra story por George W. Bush en uno de sus discursos durante su periodo de presidencia. Asimismo, George W. Bush no era recatado a la hora de presentar a los miembros de su equipo como gente cada uno de los cuáles “tiene su propia historia que es única, historias que cuentan realmente lo que América puede y debe ser”. Al mismo secretario de Estado, Colin Powell le presentó como “una gran historia americana”.
Y es que el americano “mata” por tener una historia que contar. Esta obsesión tiene a veces la ventaja de que les hace plantearse retos y desafíos de los que con frecuencia también se beneficia el resto de la humanidad. Creo que a todos nos vienen algunos ejemplos a la cabeza. Pero por supuesto, esto no siempre es así y los desafíos son meramente personales como el del antiguo compañero de clase de mi amiga Pamela que decidió recorrer a nado el Estrecho del Bósforo en Turquía sin ser un nadador especialmente dotado ni tener una conexión especial con este país. Posiblemente para este amigo, al que Pamela había reencontrado después de 25 años en una reunión de antiguos alumnos de high school, lo importante de este relato no era tanto el hecho en sí, después de todo poco más que una curiosidad, sino que constituía una relato capaz de dar sentido a su mundo durante algún tiempo en un contexto social que exige tener una historia vital que contar para tener éxito profesional o reconocimiento social.
¿Cómo son los americanos? ¿Son tan simples como dicen algunos? ¿Les conocemos tan bien como creemos gracias a las noticias y las películas? ¿En qué se diferencian de los españoles? En American Psique, César García responde a éstas y otras preguntas a través de un análisis pormenorizado de los elementos que conforman la psicología de los habitantes de los Estados Unidos en el siglo XXI.
miércoles, 21 de septiembre de 2011
'Stories'
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