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domingo, 24 de junio de 2012

El verano

La vida americana no tiene tiempos muertos. No tiene verano aunque haga calor, no tiene domingos por la tarde aunque haya lunes por la mañana, no tiene puentes aunque haya fines de semana de tres días y las rebajas comienzan casi cuando para nosotros todavía queda la mayor parte de la navidad.

Summer no equivale a verano. Es únicamente una estación más del año en que la climatología es más benigna. Punto. La canícula no impide que la hierba se ponga verde ni invita a horarios de trabajo intensivos. Los negocios no cierran, las universidades se mantienen abiertas, el congreso apenas para, la programación de televisión no cambia y muchos estudiantes trabajan más que el resto del año cuando atienden a las clases.

El verano americano es un buen tiempo para reinventarse, para ahorrar y pagar deudas pendientes, trabajar en el jardín y recolectar, buscar un nuevo empleo, instalar la tarima flotante de la casa tu mismo o reorganizar el espacio del garaje.



El verano americano no es un espacio mental. Las tardes no son eternas y con las persianas bajadas, los americanos no permanecen agazapados todo el día hasta que baja el sol ni pasan el día en las piscinas, no se sientan a tomar el fresco, ni juegan a las cartas toda la tarde, ni se quedan hasta las tantas hasta que el sueño o haber dicho todo lo decible agota la conversación. En América, en verano, sigue habiendo misas a las cinco de la tarde, las cenas a las 6 o 7 y sigue habiendo corredores temerarios que desafían a los 35 grados con humedad o se enfundan el casco de la bicicleta. Si acaso se bebe mucho té helado, más packs de cerveza, se usa más la barbacoa y se explotan al máximo las posibilidades del aire acondicionado.

En América las casas en verano siguen teniendo moqueta y las gentes visten camisas hawaianas y pantalones cortos aunque no dejen ni un día de ir a trabajar a una oficina. Tampoco los amigos se van de vacaciones, el teléfono deja de sonar el mes de agosto ni las bicicletas son solo para el verano.

Para el americano la palabra verano simplemente significa que hace calor pero el mundo no empieza ni acaba en este periodo. El verano y la psique americana son, de alguna forma, antitéticos.

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