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viernes, 18 de diciembre de 2015

Los debates no deben estar sujetos a debate

Hillary Clinton (previsiblemente) o el candidato republicano que resulte vencedor en las primarias habrán tenido que participar en al menos 10 debates televisados para lograr ser presidentes de los Estados Unidos de América. En el caso de Hillary Clinton, previsible ganadora, el número de debates será menor que en el caso republicano ya que sólo concurre con otros dos candidatos. En el caso del candidato republicano el número de debates llegará hasta los dieciséis.

Estos debates se habrán celebrado por espacio de unos 15 meses en televisiones privadas y universidades de todo el país. De hecho, las fechas, los lugares y las distintas cadenas de televisión que retransmitirán el resto de los debates que se celebrarán durante las primarias de ambos partidos y de los dos candidatos presidenciales ya están decididas desde hace meses. Hay un calendario.

Es decir, el candidato republicano habrá tenido aproximadamente un debate al mes con luz y taquígrafos. Excepto los debates por la presidencia, 4 debates cara a cara entre el candidato republicano y el demócrata, el resto de los debates son siempre entre más de dos candidatos. En el caso republicano hay debates a 8 ya que compite un número de candidatos muy elevado en las primarias.

En España, Mariano Rajoy logrará ser reelegido presidente del gobierno apareciendo en un sólo debate en la televisión pública.

En realidad, aunque ha habido críticas, apenas ha influido en la campaña el que no haya comparecido en varios debates llegando incluso a enviar al número 2 a uno de ellos a pesar de que no había ninguna razón que lo justificara.

Participar en un debate electoral en España se sigue considerando un regalo, casi un lujo. Si no, solo hay que escuchar a las cadenas o medios que los organizan. La conclusión de esos debates siempre suele ser la misma. No ha ganado fulanito o menganito ya que los comentaristas de distintas tendencias nunca se ponen de acuerdo, sino que ha ganado la democracia gracias a la Sexta, El País, TVE o quien corresponda. Los verdaderos ganadores  son las empresas de medios de comunicación gracias a su generosidad con la ciudadanía.

En las campañas americanas, por supuesto, a ninguna cadena o periodista se les ocurre echarse flores por organizar un debate. Resultaría ridículo. Se habla de los candidatos, que ya se cuidan de presentarse porque si no sus carreras políticas podrían darse por acabadas.

En España, un país en el que el cumplimiento de la ley siempre se considera relativo, cumplir la ley es suficiente para ciertas cosas, como ser presidente del gobierno. Y la ley no obliga a debatir. Y la ciudadanía y los medios tampoco es que sean muy incisivos.

Y que conste que los debates no son la panacea de la democracia, ni entrevistas de trabajo a los futuros presidentes del gobierno como dicen algunos, ya que las coerciones de tiempos o de turnos apenas hacen posible discutir propuestas o ideas. Y eso no sucede en las entrevistas de trabajo.


Sin embargo, la existencia y asistencia a debates no debería estar sujeto a ningún tipo de discusión ni a la posibilidad de eludirlos.

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