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martes, 26 de julio de 2011

Iglesias

Sigamos con Dios y la religión. Unas palabras sobre la iglesia, cuyos caminos en Norteamérica no conducen necesariamente a Roma y son más bien plurales. Los templos cristianos norteamericanos, a pesar de su arquitectura casi siempre tradicionalista aunque sean de nuevo cuño, no tienen la connotación un tanto arcaizante que han adquirido en la vida española. En realidad son los centros neurálgicos de muchas pequeñas y medianas ciudades aunque de una manera muy diferente a la España de hace 50 o 60 años.
Si muchos españoles de una generación determinada creyeron y dejaron de creer sin apenas preguntarse por qué, una mayoría de los americanos creyentes (que son el 90 por ciento) tiene bastante claro que una buena gestión estatal es incapaz de dar respuesta a sus necesidades espirituales. Hay un elemento de pragmatismo en esta perspectiva, sin duda, como corresponde a la psique americana. Un elemento que, sin embargo, puede transformar a estas organizaciones en eficaces focos de activismo y solidaridad sin parangón en las sociedades modernas.
Un ejemplo que viví de cerca recientemente. Hace poco la policía de inmigración efectuó en Ellensburg una redada en la que detuvo a varios inmigrantes mexicanos sin documentación acusados de traficar con drogas y pasaportes falsos. En numerosos casos, ello supuso que muchos de los padres fueran deportados y niños menores abandonados a su suerte. La respuesta más contundente corrió exclusivamente a cargo de las parroquias católica y metodista del pueblo en las que se celebraron reuniones bastante multitudinarias de los habitantes del pueblo sólo unas horas después de la operación policial. En esas reuniones se acordó diligentemente quién se hacía cargo de qué y de quienes. Me pareció una lección ejemplar de eficacia y espiritualidad.

3 comentarios:

  1. Pues sí que es un buen ejemplo de no esperar que el Estado te lo solucione todo: ya lo hacen ellos mismos. Siempre pienso en las series como los Simpson donde los chavales jóvenes venden limonada o le lavan el coche al vecino a cambio de unos dólares. Me encanta esa mentalidad de ganarse y buscarse la vida. O creo que un día oí a Guillero Fesser -de Gomaespuma- que relataba que en el instituto del pueblo en que vivía se había deteriorado la pista de baloncesto. La respuesta de los padres fue organizar un concurso de talentos para recaudar dinero y arreglar la pista. Esa adorable iniciativa individual. El poderoso individuo.

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  2. Y ahora mi petición.

    Siempre me llama la atención que en las series de televisión continuamente comen comida china, mexicana o tailandesa. Siempre comida de encargo. Supongo que sale barata y fácil. Y luego está la imagen de la pareja pudiente en donde siempre se cenan ensaladas y se pasan la vida troceando pimiento. Y luego la imagen del pavo de Acción de Gracias y su relleno y los boniatos y los pasteles de calabaza. Siempre que veo comer en las series es porque comen en esas 3 situaciones.

    Pero dime: ¿qué comen realmente los estadounidenses? Ya sabes que el tópico dice que, como en España, no se come en ningún lado. A ver si puedes hablar de cómo y qué comen los estadounidenses.

    Muchísimas gracias.

    Un saludo.

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  3. Juan,

    Gracias por tus comentarios con los que no puedo estar más de acuerdo. Pensaba referirme a la comida uno de estos días. Trataré de contestar a tu pregunta aunque no es fácil ya que, como creo que bien has captado en las series, generalizar en un país tan grande es difícil.

    César

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