Era el equivalente a incluir los títulos de crédito antes del comienzo de una película que se ha visto muchas veces o una serie de la que se han visto muchos episodios. En algunas parroquias me consta que proporcionan un libreto antes de las misas para que la gente sepa cómo se llama cada cual. Es un rasgo que dice mucho de una cultura en la que importa sobremanera dar las gracias cuantas veces sea necesario y valora sin igual el arte de la representación.
En América nadie se engaña acerca de que la vida en cualquiera de sus manifestaciones es show, teatro, performance. La autenticidad personal y la capacidad de representar no solo no son antagónicas sino que más bien al contrario. Por eso los libros para aprender a hablar y comportarse en público son inagotables y no es raro que en las universidades los estudiantes de cualquier disciplina tomen dos y tres cursos como media sobre esta materia. La autoestima, el éxito personal y, en última instancia, la felicidad dependen de ello.
Y eso también incluye la relación con el ser superior.
"La autenticidad personal y la capacidad de representar no solo no son antagónicas sino que más bien al contrario". Supongo que un día entenderemos esto también en España.
ResponderEliminarSi, a mi mismo no se me ha ido el prejuicio de pensar que las reacciones cuanto mas viscerales e irracionales resultan mas autenticas. Craso error.
EliminarHace tiempo que estoy suscrito a tu blog. Por algun motivo nunca he comentado nada. Solo decirte que es un autentico placer leerte, todo lo que cuentas lo siento de primera mano en Nueva York y me parecen analisis brillantes y certeros de la sociedad americana.
ResponderEliminarNo sabes lo que te agradezco el comentario. Me anima a querer hacerlo cada vez mejor.
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