No, si ahora va a
resultar que las carreras de cinco años estaban muy bien porque eran más
baratas. Era lo que hace apenas 20 años duraban carreras como periodismo,
comunicación audiovisual, publicidad y muchas otras.
Llegábamos a los años
cuarto y quinto agotados, decepcionados, sin resuello, y no tanto por la
cantidad de trabajo que nos exigían como por la sensación de que nos habían
tomado el pelo, de que apenas había nada que aprender, de que ya estábamos
hartos de empollarnos un par de veces al año los apuntes que otros habían
tomado y de pasar tanto tiempo en la cafetería.
Ya entonces
criticábamos a diario que el único motivo de que las carreras fueran tan largas
era tener a la juventud más o menos distraída y al amplio cuerpo de profesores
ocupado.
Recuerdo que no pocos
de los universitarios matriculados en comunicación audiovisual pasan el tiempo
matriculados en cursos del INEM que les capacitaban para ser cámaras o
iluminadores y que, a la postre, fueron los que les sirvieron para encontrar un
trabajo. En realidad, la licenciatura no les sirvió para mucho.
Es verdad que era
prácticamente gratis, o semigratis, estudiar entonces, un aspecto que todavía
hoy día se sigue arguyendo para mantener el status quo, pero aquello era un
disparate. Todo el mundo sabía, los profesores los primeros, que no hacía falta
estudiar durante cinco años para ser periodista o publicista.
En el país del cine, el
periodismo y la comunicación, Estados Unidos, las carreras llevan bastantes
años siendo de dos años, ya que aunque se pasan cuatro en la universidad los
dos primeros están dedicados al estudio de los llamados “cursos de educación
general” destinados a aportar una formación general al estudiante. Es en el
tercer y cuarto año, cuando se elije el grado o área de especialización de
estudio. Es verdad que algunos puede que hagan un máster después, pero la
mayoría se ponen directamente a trabajar para pagar sus préstamos.
En realidad tiene poco
de cierto eso de que sea casi obligatorio estudiar un máster tras licenciarse y
de que la nueva estructura de estudios vaya a suponer un encarecimiento general
de estudiar en la universidad. Para una gran cantidad de trabajos, seguirá
dando lo mismo tener 2 0 3 másters que sólo una licenciatura. En realidad, las
carreras más cortas, siempre que sean mejor aprovechadas, deberían redundar en
un ahorro para las familias que deberán pagar un año menos de matrícula que,
con suerte, el estudiante podrá utilizar en trabajar aun ganando un salario y
ganar experiencia profesional.
La verdad es que sí,
España es única, diferente. Sólo así se entiende el estado de opinión adversa
que se ha creado con respecto a esta noticia teniendo en cuenta que en la
mayoría de los países las carreras son más cortas y que esto facilitará la
atracción de estudiantes extranjeros que quizás no vengan tanto atraídos por el
prestigio de nuestras universidades (esos rankings tan denostados aquí que todo
el mundo escudriña fuera) pero sí por aprender el idioma y una cultura diferente
que a muchos resulta atractiva.
Es curioso, pero los colleges americanos de toda clase y
condición están locos por captar estudiantes extranjeros mientras que aquí les
seguimos poniendo barreras. Y eso que, a pesar de la burbuja universitaria, se
encuentran en una situación bastante más boyante que los españoles. Pero bueno,
tampoco es tan extraño teniendo en cuenta que nadie hace nada por cambiar cosas
tan básicas como unos horarios tan enloquecidos que nadie comparte en el resto
del mundo.
No pillo lo de los horarios, ¿podrías aclararlo?
ResponderEliminarMe refiero a que los españoles vamos a contracorriente del resto del mundo en algunas cosas: el ancho de vía férrea, el tiempo que duran las carreras o grados y, sobre todo, los demenciales horarios laborales.
ResponderEliminarAh, ya, no pensé en horarios laborales en concreto, pensaba aun en el contexto universitario. Podrías escribir algo sobre los hábitos horarios y la organización del día de los americanos.
ResponderEliminarBuen tema. Gracias por la sugerencia.
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