Hillary Clinton
(previsiblemente) o el candidato republicano que resulte vencedor en las
primarias habrán tenido que participar en al menos 10 debates televisados para
lograr ser presidentes de los Estados Unidos de América. En el caso de Hillary
Clinton, previsible ganadora, el número de debates será menor que en el caso
republicano ya que sólo concurre con otros dos candidatos. En el caso del
candidato republicano el número de debates llegará hasta los dieciséis.
Estos debates se habrán
celebrado por espacio de unos 15 meses en televisiones privadas y universidades
de todo el país. De hecho, las fechas, los lugares y las distintas cadenas de televisión
que retransmitirán el resto de los debates que se celebrarán durante las
primarias de ambos partidos y de los dos candidatos presidenciales ya están
decididas desde hace meses. Hay un calendario.
Es decir, el candidato
republicano habrá tenido aproximadamente un debate al mes con luz y
taquígrafos. Excepto los debates por la presidencia, 4 debates cara a cara
entre el candidato republicano y el demócrata, el resto de los debates son
siempre entre más de dos candidatos. En el caso republicano hay debates a 8 ya
que compite un número de candidatos muy elevado en las primarias.
En España, Mariano Rajoy
logrará ser reelegido presidente del gobierno apareciendo en un sólo debate en
la televisión pública.
En realidad, aunque ha habido
críticas, apenas ha influido en la campaña el que no haya comparecido en varios
debates llegando incluso a enviar al número 2 a uno de ellos a pesar de que no
había ninguna razón que lo justificara.
Participar en un debate
electoral en España se sigue considerando un regalo, casi un lujo. Si no, solo
hay que escuchar a las cadenas o medios que los organizan. La conclusión de
esos debates siempre suele ser la misma. No ha ganado fulanito o menganito ya
que los comentaristas de distintas tendencias nunca se ponen de acuerdo, sino
que ha ganado la democracia gracias a la Sexta, El País, TVE o quien
corresponda. Los verdaderos ganadores son las empresas de medios de comunicación
gracias a su generosidad con la ciudadanía.
En las campañas americanas,
por supuesto, a ninguna cadena o periodista se les ocurre echarse flores por
organizar un debate. Resultaría ridículo. Se habla de los candidatos, que ya se
cuidan de presentarse porque si no sus carreras políticas podrían darse por
acabadas.
En España, un país en el que
el cumplimiento de la ley siempre se considera relativo, cumplir la ley es suficiente
para ciertas cosas, como ser presidente del gobierno. Y la ley no obliga a
debatir. Y la ciudadanía y los medios tampoco es que sean muy incisivos.
Y que conste que los debates
no son la panacea de la democracia, ni entrevistas de trabajo a los futuros
presidentes del gobierno como dicen algunos, ya que las coerciones de tiempos o
de turnos apenas hacen posible discutir propuestas o ideas. Y eso no sucede en
las entrevistas de trabajo.
Sin embargo, la existencia y
asistencia a debates no debería estar sujeto a ningún tipo de discusión ni a la
posibilidad de eludirlos.
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