Consejos American Psique: medios de comunicación
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viernes, 2 de septiembre de 2016

¿Se aburre América?

Una noche más a vueltas con Trump. Es lunes por la noche en la CNN. Pero da igual que sea martes, miércoles o jueves. Siempre Trump y siempre un único tema, la inmigración.

Dentro de un ámbito de moderación, periodistas e invitados de todos los colores y tendencias para dar su opinión acerca de las últimas declaraciones, comentarios y movimientos del magnate neoyorkino.

Tan apegado está el periodismo actual a lo nuevo, al momento, que todo resulta demasiado viejo y visto. El relato periodístico, sobre todo el televisivo, se ha convertido en un correlato más de las viejas y estereotipadas ideas de Trump y sus asesores de campaña para llamar la atención.

Por supuesto que la CNN y otras cadenas autoproclamadas “equilibradas” o incluso “progresistas” saben que dando atención, el bien más caro hoy en día, le están haciendo el juego. Lo hacen con gusto al igual que los ciudadanos convertidos en consumidores de espectáculo a sabiendas para luego tener munición para sus post en las redes sociales.

Se ha agotado lo decible sobre el personaje desde hace meses. Que sus ideas son disparatadas, anacrónicas, imposibles de llevar a la práctica, que excluye a amplias minorías imprescindibles de su masa de votantes, que no le salen las cuentas.

Sin embargo, a pesar de no haber fabricado grandes novedades, lo siguen repitiendo día tras día. Y eso que, al igual que los periodistas deportivos españoles que tratan de insuflar un átomo de emoción a una liga llena de Real Madrid Celtas y Barcelona Leganeses, se cuidan de que parezca que Trump tiene posibilidades a pesar de la amplia ventaja de Clinton. Les conviene o nos conviene a todos.

No les he escuchado preguntarse porque el Presidente de México, Peña Nieto, ha aceptado recibir a Trump después de insultar repetidamente a sus conciudadanos. Quizás, a los norteamericanos sea de la tendencia que sean ni se les pase por la cabeza que un mandatario extranjero, y más si es mexicano, no pueda recibir a un candidato a la Casa Blanca aunque sea como Trump. Les parece lógico y hasta razonable. Ahí puede estar el quid del problema.

“Quand la France s’ennuie” (Cuando la Francia se aburre) fue el título que el periodista francés de Le Monde, Pierre Viansson-Ponté, escribió para explicar que la gran causa de Mayo del 68 era que, en medio de un ambiente de estabilidad económica y política, los franceses se habían quedado sin grandes causas por las que luchar.

No es el caso se los Estados Unidos actuales donde abundan los mismos males desde hace décadas. Sin embargo, a uno le hace sospechar que justo aquellos aspectos que trazan la decadencia de América según Trump son los que mejor van últimamente: la economía crece y bien, la inmigración ilegal es bastante menor que en el pasado y el crimen ha decrecido a mínimos históricos. Sin embargo, son los que mejores réditos electorales le han dado hasta la fecha.

¿Se aburre América? Tal vez un poco.




sábado, 9 de marzo de 2013

La dieta mediterránea y la idea de lo étnico


Todos sabemos que la información no conlleva necesariamente un determinado comportamiento. Es lo que explica que, a pesar del caudal de información disponible sobre los beneficios de una buena dieta, una parte importante de la población norteamericana siga considerando como natural recibir los alimentos en bolsas de cartón que se obtienen desde el coche al pasar por una ventanilla.

Sin embargo, me sigue chocando que la gente bien informada y que tiene hábitos de vida relativamente saludables siga viendo como excesivo, exótico o étnico consumir aceite de oliva en la mayoría de las comidas. Desde su punto de vista, una perspectiva que por cierto nunca hemos llegado a debatir, lo lógico es consumir aceite en spray bajo en calorías, salsas o vinagretas preparadas que tapen o el sabor de una ensalada insulsa o un pedazo de pollo. ¿Utilizar aceite de oliva casi siempre? De ninguna manera, es entendible desde un punto de vista étnico, por pertenecer a una determinada cultura mediterránea pero carecería de sentido cuando hay tantas opciones disponibles. Un caso claro en que la variedad de elección se impone como principio vital sobre lo intrínsecamente bueno.

El último estudio acerca de los beneficios de la dieta mediterránea para la salud publicado por el New England Journal of Medicine ha recibido amplísima cobertura en todo el país. Con diferencia, ha sido la noticia procedente de España más positiva de los últimos 12 0 14 meses. Su efectividad se debe a dos rasgos que cautivan a los americanos: llevar una vida saludable y el soporte empírico de las cosas, en este caso un estudio riguroso y científico de la Universidad de Barcelona. Ramón Estruch, el principal investigador, acaba de hacer más por la marca España en Estados Unidos que todas las campañas del tipo Visit Spain, Visit Madrid en la publicidad estática de los clásicos jugados en el Bernabeu y que cuestan cientos de millones.

En otro orden de cosas, la dieta de los americanos no cambiará demasiado. Los convencidos de los beneficios de la dieta mediterránea seguirán practicándola ocasionalmente y el resto seguirá comiendo nuggets de pollo tres veces por semana. Too greasy, fatty, demasiado étnica quizás.

domingo, 8 de julio de 2012

Fans y aficionados

El deporte profesional ocupa en España un espacio mucho más relevante en la vida pública que en los Estados Unidos. Al establecer un primer contacto con una persona desconocida los españoles, sobre todo los hombres, solemos preguntarnos primeramente por el equipo de fútbol del que somos aficionados mientras que en América la pregunta inevitable a las primeras de cambio es a que nos dedicamos. La afición al deporte adquiere rango de identidad entre nosotros mientras que en los Estados Unidos suele ser la profesión (how are you doing?).

Es verdad que superficialmente, atendiendo al número de cadenas de televisión dedicadas a retransmitir eventos deportivos no parece que fuera así. Los paquetes de cable convencionales de la televisión americana contienen una media de 15 canales dedicados al deporte amen de un número infinito e indeterminado en la modalidad pay per view. Sin embargo, en América el deporte profesional se ve, por supuesto, pero en realidad se habla poco de él o está lejos de considerarse un sentimiento, de generar afectos u odios o de constituir un modo de vida. No hay prensa deportiva, los telediarios apenas hablan de deporte si no es a título testimonial, los programas deportivos de radio no tienen ni la milésima parte de influencia que en España y las tertulias son inexistentes. Hablar de deportes apenas se limita al previo o al post de las retransmisiones o quizás a determinados blogs y chats.



Para el fan americano el deporte profesional es, sobre todo, un espectáculo que uno contempla con delectación más que con emoción, en el que prima la cantidad (los partidos de la NBA o de fútbol americano se alargan en ocasiones hasta casi las 4 horas) y cuyas consecuencias del resultado tienden a olvidarse pasados unos minutos. La fidelidad a unos colores, e incluso a una modalidad deportiva, está tan condicionada por las decisiones empresariales como personales. Uno puede aficionarse de repente al soccer (fútbol) si la ciudad en la que vive tiene una nueva franquicia o ésta ha sido potenciada y desengancharse del basket si esa franquicia ha sido comprada por otra ciudad. El nuevo fan comenzara a vivir los colores, a utilizar bufandas, portar camisetas con la imagen del principal sponsor siguiendo pautas de comportamiento importadas de Europa y, muy particularmente, del fútbol inglés. Incluso, ocasionalmente, algunos fans simularán un comportamiento fanático que, en realidad, no sienten. Después de todo, al aficionado español el fan americano le resulta superficial, falto de compromiso, sin raíces, incapaz de tomar las calles si algún día la franquicia que dice adorar es tomada por otra ciudad.

El verdadero aficionado es capaz de llorar, reír, odiar, amar y pintarse la cara por su equipo y no digamos por la selección. Entiende el deporte como la única guerra que puede permitirse siendo persona, una sublimación de la belicosidad en la era del pacifismo a ultranza. El aficionado cambiará de esposa, de casa, de trabajo o se hará budista o ateo con muchísima más facilidad que de equipo de fútbol, lo único que es para siempre. El fan americano, en cambio, cambia con la misma facilidad de equipo o de interés deportivo que de ciudad o de esposa. No hace distinciones.

El fan se nos antoja insincero, el aficionado auténtico. El fan es carente de sustancia, el aficionado lleno de carácter. El aficionado es español y europeo, el fan es americano. El aficionado son los tiffosi, los hooligans, los hinchas, el fan no encuentra, en cambio, correlato verbal. El aficionado es puro, local, el fan es una mezcla, un sucedáneo, un subproducto. El aficionado es infantil e inmaduro, el fan sabe a que se esta de verdad jugando. Los aficionados hombres de letras europeos y sudamericanos tratan de intelectualizar los sentimientos que provoca el deporte, mientras que los hombres de letras norteamericanos (una expresión que en América hace mucho tiempo que dejo de emplearse) los ignoran. Los aficionados somos estúpidos y lo sabemos, los fans son sabios pero no se han dado cuenta.

domingo, 29 de abril de 2012

El cuarto poder

Amazon es una de las empresas bandera de lo que se ha denominado el milagro económico de Seattle de las últimas décadas junto a Microsoft, Boeing, Starbuck’s, Costco y Nordstrom. Raro es el día en que en el Seattle Times, el periódico de cabecera de Seattle y del estado de Washington, no aparece una noticia sobre alguna de estas empresas. Como español y habiendo trabajado en el sector de las relaciones públicas en España, sin embargo, me sorprende la cantidad de veces que estas noticias tienen un carácter negativo.

En este periódico es harto frecuente leer informaciones en portada acerca de la lentitud en los tiempos de entrega de los últimos pedidos a Boeing o de los juicios y litigios en los que Starbuck’s anda metida. La última gota que ha colmado el vaso ha sido la serie de Serie de reportajes sobre Amazon que ha realizado en el último mes. La serie de cuatro reportajes consecutivos, en los que el diario de "la ciudad esmeralda" ha entrevistado a clientes, proveedores, empleados y directivos de la compañía, no deja títere con cabeza. Aunque se subraya la obsesión de Amazon por satisfacer al cliente hasta el último detalle y su afán de innovación, los reportajes ofrecen una cara bastante sombría de una de las empresas más admiradas del mundo. Entre otras lindezas se describen las despiadadas prácticas de almacenaje en la que se obliga a los empleados a trabajar como autómatas, con los supervisores encima de la chepa obligándoles a firmar documentos en los que el empleado afirma que sus lesiones ergonómicas no son derivadas del trabajo. También se incide en la agresiva política de pagos de la empresa hacia las editoriales y las librerías asociadas para que reduzcan sus márgenes al mínimo poniendo en peligro su supervivencia. En otro de estos reportajes se cuestiona la falta de sensibilidad social del gigante .com que apenas ha destinado dinero a obras caritativas durante todos estos años. En favor de la compañía, hay que decir que parece haber dado todo tipo de facilidades a los periodistas para que puedan realizar la información abriendo sus puertas de par en par y dejando que empleados de distintos niveles hablaran con el diario.



Leer este tipo de reportajes me trae a la cabeza un concepto hoy ya casi olvidado que hace alusión a la prensa como el cuarto poder. Un ideal que requiere de una prensa que sea independiente y se comporte como el watchdog (perro guardián) de una opinión pública que requiere de los políticos y los empresarios respuestas directas a la ciudadanía y no a otros poderes fácticos como sucede en España. Una prensa pluralista e independiente económicamente aun con todos los problemas que ha tenido y actualmente tiene para sobrevivir en este país. El modelo norteamericano, en el que suele haber un único periódico de cabecera en las principales ciudades, permite una relativa fortaleza económica del mismo y facilita su pluralismo al tener que servir a un mercado potencial mayor de lectores y, en consecuencia, que responder a las distintas sensibilidades.

A diferencia de España donde abunda la prensa de partido o que sigue una ideología de manual, en la que por obra u omisión uno ya sabe lo que va a leer antes de escribirse, el periodismo norteamericano se caracteriza por una mucha mayor variedad de opiniones en el mismo medio y una separación mayor de lo que es el hecho y la opinión. Aunque con dificultades, su modelo económico, unido a las altas expectativas de una audiencia heterogénea, da como resultado una prensa en general más combativa con todas las facciones. Incluido el mundo de la empresa. Ver al Seattle Times yendo a la yugular de Amazon es como si La Vanguardia atacara a La Caixa o El País al Corte Inglés. ¿Recordáis haber leído alguna vez una noticia negativa de la primera (y única) gran cadena de grandes almacenes española? Yo no, y os invito a que me dejéis en renuncio si así es.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Expertos

Una palabra que se escucha permanentemente en la vida americana es counselor. Este término, que puede traducirse sin problemas como asesor o consejero, inunda tanto el ámbito tanto personal como profesional.

A los españoles, tan acostumbrados a dejarnos llevar por el sentido común o la intuición, nos abruma tanto counseling. En primer lugar, porque muchas veces entendemos que no hace falta tanto asesoramiento o consejo para resolver cuestiones que consideramos menores cuando no ya resueltas; en segundo lugar, porque esta palabreja nos hace llevarnos la mano a la cartera.

En Estados Unidos, y no solo en el mundo de la clase media o media alta, proliferan los consejeros. Las universidades, por ejemplo, están repletas de counselors sobre educación sexual, técnicas de estudio, orientación profesional, comunicación intercultural o educación en hábitos saludables, por mencionar unos cuantos ejemplos. Pero en la vida cotidiana me he topado con counselors sobre relaciones de pareja, sobre la mejor manera de jubilarse, la crianza de los niños, como llevar una vida espiritual saludable, o la organización de la fiesta de bodas.

América es, efectivamente, el país de los expertos. Los americanos, como se sabe, han despreciado desde siempre la figura del intelectual de relumbrón entendido como el hombre de letras o del mundo del arte que acude a manifestaciones y da su opinión sobre problemas de cualquier ámbito (preferentemente político). Personalidades como Noam Chomsky o Gore Vidal podrán resultar muy atractivas al otro lado del Atlántico pero no así para una mayoría de sus compatriotas que los miran con el recelo con que se examina a los sabelotodo. En cambio, no sucede lo mismo con aquellos que podríamos denominar expertos, es decir, con los que generalmente acreditados por un sólido curriculum o la realización de un estudio sobre una material determinada, acuden con frecuencia a los platós de televisión o a las emisoras de radio. Profesores de sociología opinan sobre fenómenos relacionados con las celebridades, full professors de economía en universidades de prestigio sobre la mejor manera de salir de la recesión, académicos del campo de la educación suelen acudir a talk-shows a debatir sobre la mejor manera de elevar el listón educativo. Este fenómeno sucede a todos los niveles, local, regional o nacional. En este país el anti-intelectualismo no está reñido, más bien lo contrario, con la búsqueda del third party endorsement del experto, que es casi obsesiva. Cualquier persona de un nivel cultural medio te habla de que tal ordenador obtuvo esta puntuación en tal consumer report o que hay unos investigadores de la universidad de Massachussets que han demostrado que aprender piano es positivo para el desarrollo del cerebro a los cinco años.

¿Existe algún equivalente de los todólogos o tertulianos que comentan a diario los asuntos de actualidad en las emisoras de radio o televisiones de toda España? No del todo, la verdad. Aunque en apariencia los programas informativos de cadenas solo noticias como CNN, MSNBC o FOX podrían resultar equivalentes, lo cierto es que en estos escasean aquellos en que una misma personalidad opina sobre distintos temas. Es cierto que, como sus homónimos españoles, han renunciado a la objetividad que para ellos se basa, en el mejor de los casos, en entrevistar a dos personalidades con opiniones radicalmente divergentes (en otros casos como las más militantes FOX o MSNBC suelen limitarse a invitar a personalidades que comparten la línea editorial del medio). De la misma manera en los periódicos americanos uno no se encuentra una columna diaria de determinados escritores como sucede en España. Las estrellas del columnismo se prodigan menos, en muchos casos unas dos veces por semana, conscientes de que la mera opinión nunca será suficiente si va desprovista de datos.

Un último detalle, la palabra tertulia, una modalidad de la conversación que rehúye la agenda de temas preparada de antemano y donde la limitación temporal es difusa, no existe en inglés. Yo que echo enormemente de menos la existencia de tertulias en mi vida cotidiana donde cualquier discusión parece cronometrada, no lo hago tanto cuando veo la televisión y me ahorro los comentarios superfluos de un montón de gente que carece de autoridad para opinar sobre determinadas cuestiones. Es probablemente más aburrido, pero también más justo.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Juan Cabrera, autor del blog 'Desde la perplejidad', da su opinión sobre American Psique

El periodista Juan Cabrera, autor del blog sobre libros Desde la Perplejidad, ha realizado una extensa crítica del libro American Psique (ed. LoQueNoExiste), publicada en su bitácora el pasado 29 de agosto.

Cabrera destaca que César García, autor de American Psique, evita los prejuicios habituales que los españoles tenemos acerca de los estados Unidos e "intenta ir más allá para darnos una visión diferente y más enriquecedora".

"César García captura la atmósfera (de origen religioso y de fuerte componente moral) que los americanos respiran, ese clima, invisible para mucha gente e incluso para los propios americanos, que facilita la confianza en el prójimo, la amabilidad y el buen trato en las relaciones, el asociacionismo, el respeto a la ley, a las reglas del juego y a las opiniones de los demás, y un civismo que se manifiesta en un cuidado exquisito de lo compartido. Ese clima, en fin, difícil de percibir por lo omnipresente que está, que engrasa las relaciones sociales y mantiene el extraordinario dinamismo de los americanos y su incombustible optimismo antropológico. Y lo hace mientras nos habla del universo micro de la universidad en que trabaja, de los ambientes de trabajo en que se desenvuelven sus conocidos o de las actividades que se organizan en su vecindario", destaca el periodista.

Podéis leer la crítica completa en el link que aparece debajo.
American Psique en Desde la Perplejidad.

¿Qué opináis vosotros sobre las diferencias entre estadounidenses y españoles? ¿Podemos aprender unos de otros?

martes, 5 de julio de 2011

Sanfermines

El 7 de Julio está a la vuelta de esquina. Invariablemente son los Sanfermines, junto a la tomatina de Buñol probablemente, los escasos momentos en que España tiene algún tipo de protagonismo en los periódicos e informativos televisivos norteamericanos. Es casi un ritual. Si ambos eventos hubieran sido concebidos por una oficina de relaciones públicas no habrían salido mejor. De hecho su notoriedad fue obra de Hemingway, que en muchos aspectos pudo considerarse un publicista. Tienen todo aquello que concita la atención de los norteamericanos: derroche físico, apariencia de autenticidad, el favor cuantitativo de las masas y plasticidad en las imágenes. Lo de menos es que sean tradiciones de relativo cuño realzadas por la pluma de un escritor. Santa Claus no sería lo mismo sin el impulso de Coca-Cola del mismo modo que el bacon en el desayuno no sería considerado clásico sin la perspicacia del mejor publicista de todos los tiempos, Edward Bernays.

Mientras tanto, los españoles, conscientes de que en la era de la economía de la atención estas imágenes y titulares tienen un valor incalculable, cultivamos de forma entusiasta la imagen que los productores y editores norteamericanos nos han asignado. Nos convertimos en el espejo de su deseo aunque sólo sea por un par de días al año.

jueves, 26 de mayo de 2011

American Psique, un libro que está dando que hablar

Muchos son los medios de comunicación que en los últimos días han informado del lanzamiento del libro American Psique (editorial LoQueNoExiste). La obra ha aparecido reseñada en Dossier Empresarial y Computing. Otros medios, como El Confidencial o El Mundo han entrevistado al autor y han reflexionado sobre cómo los españoles vemos a los americanos y las cosas positivas que podríamos aprender de ellos.
Además, la campaña desarrollada por Medialuna en redes sociales para lanzar esta obra ha sido resaltada en PrNoticias, Publicidad y Marketing Web y Computing.


"Tenemos un problema con los americanos y lo que representa EEUU políticamente" (Luis Alemany - El Mundo) EL MUNDO


"Pocos elementos de la política española desde la Guerra Civil hasta el presente pueden entenderse en su plenitud sin la presencia de EEUU" (esteban Hernández - El Confidencial) EL CONFIDENCIAL


"Ensayo ameno y repleto de datos" (Dossier Empresarial)


"La campaña en redes sociales para dar notoriedad a la nueva obra American Psique es un ejemplo de cómo Internet y las redes sociales sirven para la promoción y la comunicación en los tiempos modernos y de forma rentable" (Computing)


"Internet y las redes sociales han rentabilizado la promoción y la comunicación actual" PR COMUNICACIÓN

miércoles, 25 de mayo de 2011

Una conexión Madrid-Washington-Nueva York para hablar de la psique americana

Toni Garrido entrevista a César garcía en el programa de RNE 'Asuntos Propios'


    ¿Cuáles son los problemas que tiene España? ¿Qué aspectos de nuestra sociedad podríamos cambiar para tener un país mejor? De éstos y otros aspectos hablarán hoy miércoles Elvira Lindo, César García y Toni Garrido en el programa `Asuntos propios´, de Radio Nacional de España, a partir de las 16:00 horas en una conexión en directo Madrid- Nueva York- Washington.

    Para César García, autor de American Psique, editado por LoQueNoExiste, es la psique de los americanos la que explica por qué las diferencias entre americanos y españoles siguen siendo tan profundas, a pesar de que la forma de vida de los españoles se haya americanizado tanto en apariencia.

    En American psique, César García realiza un análisis pormenorizado de los elementos que conforman la psicología de los habitantes de Estados Unidos en el siglo XXI. Son los principios de la psique de los americanos los que explican por qué Estados Unidos es la sociedad más dinámica, justa y creativa del mundo.

    César García analiza en este libro los aspectos más destacados de la mentalidad de ambas culturas. De los americanos apunta que son: patriotas, confiados, serviciales, incentivados, transparentes, optimistas, y libres. Frente a ellos están los españoles: antipatriotas localistas, desconfiados, familiaristas y calculadores, desincentivados, opacos, fatalistas, y conservadores.

    American Psique, editado por LoQueNoExiste, está a la venta en todas las librerías del país y en la web www.loquenoexiste.es