Consejos American Psique: Los troles antiemigrantes

domingo, 3 de noviembre de 2013

Los troles antiemigrantes


Cada vez que El País se propone continuar informando a los españoles acerca de las posibilidades que ofrece la emigración en distintos países, noto la aparición de más voces discordantes que niegan la mayor, es decir, que emigrar sea inteligente o conveniente.
Lo he notado en particular leyendo los comentarios al final de la noticia que contiene testimonios de españoles que han emigrado a Estados Unidos. Que si no se ofrece la cara B de la emigración, que debe haber multitud de españoles desgraciados por todas partes que no han sido capaces de lograr su parte alícuota del sueño americano (como si en España no los hubiera a mansalva), que si no se encuentra queso o jamón (un problema importantísimo que a uno no le dejar vivir, lo reconozco, aunque más difícil es encontrar bacalao salado), que si no se puede salir a la calle sin que te vuelen la tapa de los sesos, que si te dejan que te desangres en medio de la calle, que si no tienes vacaciones y te acuestas con el ordenador, que si tu cerebro se queda apelmazado por el dólar.
Uno tiene la sensación de que a muchos compatriotas les agradaría más leer historias de perdedores, de fracasados, de náufragos sentimentales y afectivos. No les entra en la cabeza que se pueda ser bastante feliz sin comer calamares fritos o sin la posibilidad de pringar el pan en la salsa de las patatas bravas.
A veces uno siente que a muchos conciudadanos les gusta más leer historias como la de losjóvenes españoles que fueron engañados en Alemania o la visión derrotista de Benjamín Serra en su célebre tuit. Uno siente que les gustaría leer que un emigrante español se desangraba en la calle y nadie le ha atendido, que ha sufrido algún incidente xenófobo, que ha sido robado a punta de pistola o que vive en la pobreza entre cartones en Nueva York y situaciones similares.
No son una mayoría de españoles ni mucho menos quienes piensan así y se regocijan diciendo aquello de ya volverá, pero tampoco son tan pocos.
Les conocemos.
En España, país de nuevos rico-pobres, la emigración tiene algo de estigma, de haber fracasado en un entorno en el que sobreviven los más fuertes, los de siempre. La emigración, incluso cuando es exitosa, se percibe como un premio de consolación como si el apego al terruño fuera siempre la primera opción, lo deseable en cualquier caso. Se ignora que en cualquier grupo humano siempre hay por naturaleza un porcentaje de personas proclives a moverse del sitio y no siempre por necesidad, que son más felices no viviendo en su lugar de origen. Es obvio que no todas las experiencias de personas que han emigrado y que leemos en El País se justifican por un mero móvil económico sino que en muchos casos hay algo más.
A los nuevos troles antiemigración habría que decirles que algún día quizás ellos o sus hijos se beneficien de las ideas y las formas de trabajar que muchos de esos emigrantes han experimentado en otros lugares.
Me gustaría que una segunda revolución, comparable a la que tuvimos hace cincuenta años gracias a la turismo en las costumbres, sucediera gracias a las redes y proyectos surgidos de la emigración en lugares donde el mérito es valorado, donde la racionalidad y la legalidad imperan, y la palabra clientelismo es un término foráneo sin traducción posible en determinados idiomas de raíz no latina.

11 comentarios:

  1. Buenos días César!

    Descubrí el blog hace ya unos meses y no dejo de disfrutar con cada una de las entradas que publicas. Llevo tiempo buscando un blog en el que pueda leer las publicaciones de alguien que viva ahí y comparta sus experiencias. Me considero un enamorado de los norteamericanos y su cultura. Creo sinceramente que tenemos que aprender casi todo de ellos y me repatean los tópicos tan desagradables que existen aquí sobre los americanos. Tengo varios de mis mejores amigos que viven en EE.UU y sólo cuentan maravillas de sus vivencias.

    Sólo felicitarte a lo grande por el blog.

    Saludos y sigue escribiendo!

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  2. Pues muchísimas gracias, Pedro. Correos como el tuyo son precisamente los que a uno le animan a compartir sus vivencias, así que nunca están de más.

    Un saludo afectuoso,

    César

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  3. En muchas ocasiones me siento "el raro" cuando defiendo posturas pro-emigrar. La gente no entiende que quiera irme, porque tengo trabajo y me va bastante bien. Que gusto poder leerte (el libro me lo devoré en una tarde) y sentirme un poco menos "bicho raro".

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  4. Gracias por tus comentarios.

    No sabes como te entiendo. Yo también me fuí cuando me iba bastante bien, si me hubiera quedado quizás fuera otro cantar.

    Eres raro, pero estás acompañado por unos cuantos que han sentido el impulso de marcharse como tú.

    Te deseo suerte y, por favor, no te ahorres comentarios cuando sientas la necesidad.

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  5. "La emigración, incluso cuando es exitosa, se percibe como un premio de consolación como si el apego al terruño fuera siempre la primera opción, lo deseable en cualquier caso."

    Ay señor, cuánta razón. Baste la expresión, tan común en el mundo artístico, que dice "ha logrado ser profeta en su tierra".

    ¿Cómo? ¿Es que tener éxito en la propia tierra es lo más de lo más? ¿Es que si se tiene éxito fuera se es un membrillo, un inútil, un jugador de segunda división? Lo mismo ha tenido éxito fuera porque aquí sus superiores no sabían apreciar su trabajo, o porque ha sido un visionario del que se han reído en su país, o porque no ha querido pasar por el aro del clientelismo o el tráfico de influencias, o porque se hartó de que le pagasen una miseria por su trabajo, o porque en su país no vivía el mercado objetivo al que quería dedicarse, o porque no encontraba profesionales cualificados para el negocio que quería emprender, o porque le pusieron tantas trabas administrativas, fiscales o personales que el hombre acabó hartándose y se fue.

    Tengo en mente a un conocido (Dios me libre de llamarlo amigo) que consiente en ser un mileurista explotado y amargado pero, eso sí, viviendo en casa de sus padres con treinta y un años, antes que hacer las maletas y hacer uso de los idiomas y los conocimientos que tiene. Para él ESO es sinónimo de éxito y de hacer las cosas con cabeza.

    Supongo que el que ha nacido para ser mediocre, muere mediocre. Y el que vale, le cueste más o menos, antes o después, acaba llegando lejos. Y si eso implica hacer las maletas y plantarse en otros país, oye, pues se hace.

    Un saludo.

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  6. Hay mucha verdad en lo que dices.

    España es un curioso país, papanatas hasta la extenuación a la hora de admirar lo que viene de fuera o lo que dicen los de fuera de nosotros, pero, eso sí, siempre que lo diga alguien nacido fuera. Si es de casa, entonces las cosas se ponen más en cuarentena y se desconfía más.

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  7. Qué decir, una vez más chapó. El párrafo final, de antología. De esas obviedades que desgraciadamente es necesario pronunciar y recordad una y otra vez.

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  8. Gracias por tu comentario, Erik.

    Espero que todo te esté yendo bien.

    Un abrazo.

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  9. Acabo de encontrar esta noticia (URL al final de este texto) al salir de mi correo en Hotmail y se me ha caído la cara de vergüenza al leer los comentarios que publica la gente. Como bien dice, parece que la gente se regodea escuchando las malas noticias y los dramas, retratando la emigración como un desastre del que conviene huir. Sólo el título ya da asco.

    "Estafas", "mafias", "Europa es un timo", "gente arruinada", "en ningun sitio atan los perros con longanizas", "tocomocho", "condiciones infrahumanas"... ¡uuuuh!, qué viene el hombre del saco y os lleva a toooodos si emigráaaais.

    Desde luego, desde luego...

    http://noticias.es.msn.com/nacional/el-gran-timo-de-buscar-trabajo-en-el-extranjero

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    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    2. Ya sabes, Antonio, que el periodismo actual está hecho para que cada uno busque lo que encuentre. Desde luego hay una demanda fuerte en el mercado de noticias que cuestionen la mala fortuna de los españoles que emigrant. Desgraciadamente, los medios de comunicación tratan de responder a la demanda cuando se dan cuenta de que otro tipo de noticias no son recibidas bien por sus audiencias.

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